Camerún, los obispos: “Justicia por el homicidio de monseñor Balla”

La Conferencia Episcopal lanza un sentido apelo a las autoridades para que se aclare el homicidio del obispo de Bafia y recuerda la larga lista de miembros del clero asesinados en los últimos 30 años en el país. La Santa Sede quiere ver con claridad y se dirige al presidente Biya

 

Luca Attanasio

 

“Ha sido brutalmente asesinado”. No tienen dudas los obispos de Camerún que, en una larga y detallada carta, hablan claramente de “fuerzas oscuras y diabólicas” detrás del homicio de Jean Marie Benoît Balla y piden al Estado que lo aclare en el menor tiempo posible. 

 

Según la Conferencia Episcopal, el asesinato del obispo de Bafia estaría relacionado con una larga serie de muertes ocurridas en circunstancias misteriosas que han golpeado duramente la Iglesia católica desde finales de los años ’90. 

 

“Recordamos diversos sacerdotes, miembros del clero y personas consagradas que han sido asesinados. Entre estos, queremos mencionar a monseñor Yves Plumey (arzobispo emérito de Garoua, de nacionalidad francesa que había transcurrido casi toda su vida en el norte de Camerún, asesinado en Ngaoundéré en1991,ndr), Joseph Mbassi (un abad, diretor del periódico L’Effort camerounais, asesinado en Yaoundé en 1988, ndr), el padre Antony Fontegh (encontrado asesinado en Bamenda en1990, ndr), las Hermanas de Djoum (en agosto de 1992, los cuerpos horriblemente mutilados y violados de dos monjas del Sagrado Corazón, de nacionalidad francesa, fueron encontrados sin vida en un campo, no lejano de su residencia, ndr), el padre Engelbert Mveng (un jesuita asesinado en Yaoundé en 1995,ndr)”. 

 

En realidad la lista sería mucho más larga. Figuran el abad Materne Bikoa, el abad Apollinaire Claude Ndi (asesinado en 2001 en Yaoundé), el abad Joseph Yamb, el abad Barnabé Zambo, diversos frailes consagrados, altos miembros del clero y algunos laicos. Alguno, además, querría incluir en esta triste lista también a los sacerdotes Ndi Augustin, encontrado sin vida el pasado 7 de junio en su vivienda en Nguti, y al padre Jean Armel, el rector del Seminario de Saint André cuyo cadaver fue encontrado en su propio dormitorio solo dos semanas antes de la muerte de monseñor Balla. En estos dos últimos casos, en realidad, la hipótesis de muerte violenta parece que se puede descartar. 

 

Mientras tanto, se mueve también la Santa Sede que llama en causa al presidente Paul Biya y pide que se haga todo lo posible para aclarar el homicidio del prelado. Hasta que no se llegue a una conclusión definitiva, establece el Vaticano, las exequias de monseñor Balla –inicialmente previstas para el 15 de junio-- serán pospuestas hasta una fecha aún sin concretar. 

 

La muerte del pastor de Bafia, ocurrida al final de una larga lista de muertes sospechosas –algunas de las cuales no se han aclarado completamente-- ha suscitado, como se esperaba, un cúmulo de suposiciones. Precisamente para evitar especulaciones e instrumentalizaciones de cualquier tipo, los obispos se dirigen a “los medios de comunicación y a quienes utilizan las redes sociales para que no difundan mentiras y respeten la dignidad de los seres humanos”. 

 

Nacido en 1959 en Oweng (Mbalmayo), monseñor Balla fue nombrado obispo de Bafia en 2003. Su diócesis, directamente dependiente de la Sede Metropolitana de Yaoundè, comprende una población de 330.000 habitantes y cuenta con al menos 200.000 católicos, 15 parroquias y 21 sacerdotes. El sacerdote desapareció el pasado 31 de mayo. Pocas horas después, en los alrededores del Puente de Ebebda, a unos ochenta kilómetros de Yaoundè, fue encontrado su coche en cuyo interior había una nota que decía: “No sigáis buscándome, estoy en el agua”. 

 

El 2 de junio, el cadaver de monseñor Balla fue encontrado en el río Sanaga. En un primer momento, se pensó en un suicidio. Pero la autopsia, encargada a un equipo de médicos del que forma parte también un experto nombrado por la Conferencia Episcopal, ha excluido rápidamente esta hipótesis: en el cuerpo del sacerdote, de hecho, fueron encontrados señales que estarían relacionadas con actos violentos. 

 

Mientras tanto, algunos insectos encontrados en el cuerpo del obispo que actualmente están siendo analizados en los laboratorios de eco-entomología judicial, podrán aclarar con exactitud la hora de la muerte y proporcionar nuevas respuestas. “Estamos intentando responder a mil cuestiones que la opinión pública se pregunta sobre este horrible delito”, ha declarado uno de los expertos de la policía. 

 

- vaticaninsider.lastampa.it