Paquistán; el sacerdote: el sufrimiento de Asia Bibi dará frutos para los cristianos

Mientras prosiguen las campañas de movilización para la liberación de la mujer y se espera su expatriación, Mario Rodrigues ofrece una perspectiva de fe sobre el caso

 

Paolo Affatato

 

«Estamos con el corazón al lado de Asia Bibi y de su familia. No dejamos de rezar por ella, por su salvación y liberación, y por todas las demás víctimas inocentes de la ley de la blasfemia. Vivimos en un tiempo delicado y muchos de nuestros fieles temen por posibles consecuencias contra los cristianos. Pero debemos agradecer al gobierno que en estos días ha desplegado a la policía para proteger iglesias e instituciones cristianas. Nos hemos sentido cuidados por las instituciones en un momento de riesgo». Con estas palabras Mario Rodrigues, sacerdote católico de Karachi y director de la pastoral juvenil diocesana, describió para Vatican Insider la manera en la que la comunidad cristiana de Paquistán está viviendo estos momentos, mientras toda la nación espera la definitiva solución del caso de Asia Bibi. 

 

La mujer cristiana condenada a muerte por blasfemia en 2010 fue absuelta por la Suprema Corte, en el tercer grado de juicio, el pasado 31 de octubre. Se manifestaron por las calles del país en contra del veredicto militantes del grupo radical islámico Tehreek-e-Labaik Pakistan (TLP) que indujo al gobierno a firmar un acuerdo para calmar los ánimos, aceptando que se enviara a la Suprema Corte una instancia para revisar la sentencia.

 

El acuerdo, argumentó el abogado de Asia Bibi (que huyó al exterior por motivos de seguridad), puede servir para que las instituciones ganen tiempo y organicen la expatriación de Asia, puesto que diferentes Estados europeos se han ofrecido para darle asilo político. 

 

Hay que hacer una aclaración útil: Shehryar Afridi, viceministro del Interior, especificó que el gobierno paquistaní no podrá incluir el nombre de Asia Bibi en la lista de las personas que no pueden dejar el país, si un tribunal no la declara culpable. Este aspecto confirma la tesis de una salida del país en poco tiempo.

 

«Su dolorosa historia —recuerda Rodrigues— nos ha sacudido desde el principio y se ha convertido en un símbolo de cómo se puede abusar, para dañar a inocentes, de la ley de la blasfemia, que ha arruinado la vida de más de 1500 ciudadanos, víctimas de falsas acusaciones, entre musulmanes, cristianos e hinduistas. Por otra parte, hay que admirar la valentía de los jueces musulmanes y del abogado de Asia Bibi, también musulmán, que la han defendido y que han luchado por el estado de derecho en Paquistán».

 

«Ahora todos los ciudadanos de buena voluntad deben ofrecer su contribución y defender la legalidad, la justicia y la libertad. Nosotros, como cristianos, creemos en todo ello y amamos nuestro país», añadió, recordando a los héroes que sacrificaron sus vidas por la nación. Entre ellos destacan personas «como Shahabaz Bhatti y Salman Taseer, hombres de las instituciones que no tuvieron ninguna duda al exponerse por Asia Bibi, poniendo en peligro la propia existencia». Efectivamente, ambos fueron asesinados por terroristas.

 

En este sentido, afirmó Rodrigues, «la perspectiva que ahora se abre para la comunidad cristiana en Paquistán, a pesar de los temores del presente, es alentadora». De hecho, «si el Estado frena a los grupos extremistas, si se respetan el estado de derecho y la igualdad de todos frente a la ley, si se administra la justicia sin discriminación, los cristianos (el 1,6% en Paquistán) tienen todo que ganar». 

 

Para concluir, el sacerdote ofreció una perspectiva de fe también sobre el caso: «Asia Bibi, en su trágica experiencia, nos ha dado a todos nosotros un luminoso testimonio de fe en Cristo. Como inocente, como cordero, no ha maldecido ha nadie, ha perdonado a sus perseguidores, se encomendó completamente a Dios. Ha vivido su calvario y su aislamiento en la oración constante. Todo esto es un don para los cristianos de Paquistán. Su sufrimiento, en la sabiduría de Dios, dará frutos para todos nosotros».

 

En Paquistán prosigue el debate: los analistas en los medios de comunicación insisten en la urgencia de liberar al estado del chantaje de los grupos radicales, que juegan con las emociones de la gente, utilizan el islam y tratan de ganar consenso con fines políticos.

En Europa, mientras tanto, se están multiplicando (tanto en el mundo católico como en la sociedad civil en general) los llamados a favor de Asia Bibi, y están creciendo las campañas para inducir a los gobiernos a que ofrezcan asilo político. Los obispos de Francia, reunidos en su asamblea plenaria, diciéndose «preocupados por Asia Bibi todavía en la cárcel», en nombre de los derechos fundamentales de la persona, «piden protección por su vida y aseguran su ferviente oración».

 

También las Pontificias Obras Misionales (POM), organismos presentes en 150 estados del mundo, están comprometidas en la oración y en la sensibilización de las conciencias sobre el caso de Asia Bibi. En Alemania, las POM han puesto en marcha la iniciativa de un «cojín solidario»: durante las celebraciones y encuentros se deja una silla vacía, con un cojín que lleva un eslogan pro-Asia Bibi, para representar su presencia y expresar el deseo de cercanía de los fieles alemanes.

 

En Italia, el mundo político (sin importar su orientación) se ha movilizado y el gobierno, mediante el vice primer ministro Matteo Salvini, ha confirmado que está trabajando «con discreción» para tratar de acoger a Asia Bibi en Italia.

 

- vaticaninsider.lastampa.it